Más allá de la negociación…
¿Puede existir una mejor opción que una negociación? La respuesta es que sí, la realidad es que hace un par de semanas no hubiera creído en esto, pero como sabes, es importante estar en un continuo crecimiento.
Cada día, si lo permitimos, podemos construir aunque sea sólo un poco, una mejor versión de nosotros mismos.
Construir esta versión significa que en muchas ocasiones vamos a elegir dejar el ego a un lado, para abrir las puertas a la humildad.
Ser humildes para aceptar que no sabemos todo y que no tenemos porqué saberlo. Ser humildes para aceptar cuando nos equivocamos y abrir nuestra mente a un nuevo conocimiento.
Así que, en estas semanas he aprendido que una negociación puede ser limitante, porque indiscutiblemente, al final existe un “ganador”.
Y en esta etapa de mi vida no deseo ganar, deseo que podamos abrirnos a otra alternativa, una alternativa que nos permita sentirnos a ambas partes que alcanzamos el éxito.
Entendiendo el éxito como el resultado que todos esperábamos.
Ahora, en cualquier conversación, ya sea personal o de negocios, tengo en mente algunos factores:
Me veo
Pongo atención en mis necesidades, en mis creencias, en mis pensamientos y les doy validez.
Veo al otro
Decido también ver al otro, como un ser, no como un objeto, la diferencia radica que cuando lo veo como un objeto, no doy pie a escuchar y al contrario de escuchar, ataco.
Me acerco al otro
No sólo me veo, veo al otro, sino que me acerco, si el otro piensa diferente a mí, es porque ve algo que yo lo logro ver, y deseo aprender a ver el mundo con otros ojos, con unos ojos de empatía genuina.
Genero una sinergía con el otro
Busco múltiples posibles soluciones, con 4 sencillos pasos:
- Pregunto al otro si está dispuesto a buscar una mejor solución que la suya y la mía
- Defino nuestros criterios de éxito
- Creo una mejor alternativa
- Logramos una tercera alternativa
Hacer esto me ha permitido abrir mi mente a un sin fin de posibilidades donde el “no se puede” no existe, donde me encuentro aún trabajando para escuchar sin estar construyendo dos «bandos».
Es difícil, sí, porque mi forma de procesar la información era blanco-negro, o es sí o es no, pero…
La vida tiene matices grises, la vida es flexible y se vale cambiar de opinión cuantas veces sea necesario, siempre y cuando sea para crecimiento y no afecte a terceras personas.
¿Te consideras una persona flexible o de creencias muy sólidas? ¿Cómo te ha afectado eso en tus relaciones personales y profesionales?